Violencia
La violencia
es el tipo de interacción humana que se manifiesta en aquellas conductas o
situaciones que, de forma deliberada, provocan, o amenazan con hacerlo, un daño o
sometimiento grave (físico, sexual o psicológico) a un individuo o una
colectividad; o los
afectan de tal manera que limitan sus potencialidades presentes o futuras.
Se trata de un concepto
complejo que admite diversas matizaciones dependiendo del punto de vista desde
el que se considere; en este sentido, su aplicación a la realidad depende en
ocasiones de apreciaciones subjetivas.
Concepto
El elemento esencial en la
violencia es el daño, tanto físico como psicológico. Este puede manifestarse de
múltiples maneras (por ejemplo, los estímulos nocivos de los que depende) y
asociado, igualmente, a variadas formas de destrucción: lesiones físicas,
humillaciones, amenazas, rechazo, etc. Es destacable también el daño (en forma
de desconfianza o miedo) sobre el que se construyen las relaciones
interpersonales, pues está en el origen de los problemas en las relaciones
grupales, bajo formas como la polarización, el resentimiento, el odio, etc.,
que, a su vez, perjudica las redes sociales y de comunidad.
Otro aspecto de la violencia
que hay que tener en cuenta es que no necesariamente se trata de algo consumado
y confirmado; la violencia puede manifestarse también como una amenaza
sostenida y duradera, causante de daños psicológicos en quienes la padecen y
con repercusiones negativas en la sociedad.
En otro orden de cosas, cuando
la violencia es la expresión contingente de algún conflicto social puede darse
de manera espontánea, sin una planificación previa minuciosa.
La violencia puede además ser
justa o injusta; legítima o ilegítima; encubierta o abierta; estructural o
individual.
Es un comportamiento deliberado, que provoca, o puede provocar, daños físicos o psicológicos
a otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con la agresión física, ya que también puede ser psicológica, emocional o política, a través
de amenazas, ofensas o acciones. Algunas formas de violencia son sancionadas
por la ley o por la sociedad, otras son crímenes. Distintas sociedades aplican diversos estándares en cuanto a las
formas de violencia que son o no son aceptadas. Por norma general, se considera
violenta a la persona irrazonable, que se niega a dialogar y se obstina en
actuar pese a quien pese, y caiga quien caiga. Suele ser de carácter
dominantemente egoísta,
sin ningún ejercicio de la empatía. Todo lo que viola lo razonable es susceptible de ser catalogado como violento si se impone por la
fuerza.
Existen varios tipos de
violencia, incluyendo el abuso físico,
el abuso psíquico y el abuso sexual.
Sus causas pueden variar, las cuales dependen de diferentes condiciones, como
las situaciones graves e insoportables en la vida del individuo, la falta de
responsabilidad por parte de los padres, la presión del grupo al que pertenece
el individuo (lo cual es muy común en las escuelas) y el resultado de no poder
distinguir entre la realidad y la fantasía, entre otras muchas causas.
La no violencia es una práctica o forma de actuación y una ideología
política que consiste en no recurrir a la violencia, ya sea como método de protesta o como respuesta a la violencia. Así, hay personas que no usan la
violencia, ya sea porque les resulta física o psíquicamente difícil o
imposible, o porque sus creencias religiosas, morales o éticas se lo impiden de
manera radical.
Implicaciones
Esta negativa al uso de la
violencia no implica necesariamente más consecuencias en la ideología política
de quienes la propongan. De hecho, muchas personas no practican personalmente
la violencia, pero apoyan opciones políticas o morales que la propugnan o no la
excluyen; se da el caso de una gran genocida como Pol Pot, quien afirmó ante un periodista no ser un hombre violento. En este
sentido podría decirse que una persona es o no violenta en mayor o menor grado,
pero no sólo atendiendo a sus propios actos: habría que valorar también de qué
forma presta su apoyo a la violencia en el continuo que va del apoyo expreso e
incluso material, pasando por las muchas variantes del consentimiento
(necesario, redundante, tácito...) hasta llegar a la negativa expresa e incluso
material para así poder hacer la paz.
Precisamente del análisis de
estas limitaciones de la no violencia personal surgió la moderna noviolencia, escrita así, como una
sola palabra, precisamente porque no es solo la renuncia al uso personal de la
violencia, sino una ideología
que representa toda una propuesta en positivo para entender los conflictos como
momento de la transformación social. Desde una perspectiva noviolenta, los avances históricos de
la Humanidad vendrían de su capacidad de evolucionar cooperativamente, dejando la
violencia y la exclusión de percibirse como "intrínsecos al ser
humano", sino como tendencias
promovidas por actores históricos con intereses determinados que ayudan a crear
superestructuras como el complejo militar-industrial, que en un círculo vicioso
empujarán la misma violencia de la que se alimentan. En este sentido, el quid
de la cuestión de la noviolencia
es la negativa a la organización para la violencia: contra la creencia
convencional, no se pone el acento en la condena a la reacción personal
violenta, sino en la preparación para la violencia. El problema de la violencia
política sería la organización para la violencia: la creación de ejércitos u
organizaciones armadas que absorben tiempo y recursos humanos, cognitivos,
reflexivos, políticos, científicos, materiales (que bastarían sobradamente para
resolver todas las carencias cuya disputa originó el recurso a la violencia)
con consecuencias catastróficas.
La no violencia también tiene
relación con la apariencia, se opone a imponer este, proponiendo en su lugar
ganárselo. Muchos movimientos llevan consigo el actuar con violencia, mientras
que otros lo rechazan.
Mecanismos usados por la no violencia
- La potencia de los
mecanismos tanto voluntarios como condicionados de cohesión social; cómo
es toda la sociedad la que da su consentimiento a una realidad social
justa o injusta, y cómo por lo tanto su mantenimiento o transformación
dependen en gran medida de la interiorización del sistema de valores
dominante por la ciudadanía. Esto, a la vez que cuestiona los supuestos
básicos de la necesidad de los Cuerpos Armados, ofrece a la gente un poder
de actuación que convencionalmente le es negado.
- La construcción de la
figura del enemigo. La noviolencia propugna la distinción entre la persona
(poseedora de derechos inalienables) y el personaje (el rol o función
social carente de intocabilidad). A la vez que defiende la dignidad de
todas las personas en conflicto, defiende el derecho a transgredir las
relaciones de subordinación impuestas.
- La importancia de la
inclusión. A partir del rechazo de las jerarquías militarizantes, analiza
los mecanismos por los que los individuos son excluidos de la toma de
decisiones. Revisa constantemente la legitimidad del ámbito de decisión y
cuestiona las consecuencias para el grupo de la exclusión de sus miembros
incluso mediante decisiones mayoritarias; replantea el concepto de
democracia como una necesidad más compleja que la dinámica de las
votaciones.
- La legitimidad frente a
la legalidad. Incluso en regímenes conocidos como democracias formales, la
noviolencia defiende el derecho a la disidencia. La prueba de la
legitimidad no se basa únicamente en que la finalidad de la propia
actuación no es solo el beneficio propio, sino en el carácter noviolento
del acto y la asunción de las consecuencias(de la persecución legal o
económica al menoscabo de la propia integridad).
La no violencia no consiste en
la pasividad ante los problemas, sino que consiste en enfrentarse
constantemente a ellos mediante métodos
no violentos. Se puede considerar que han existido procesos de
transformación social no violenta desde el inicio de la humanidad: cabe señalar
muy especialmente las huelgas, aunque también se incluyen formas de actuación
política (incluido el voto o la abstención) sin violencia. Por el contrario, la
invención de los ejércitos (la preparación para la violencia jerarquizada
separada de la sociedad) es muy posterior. Sin embargo, las formas de
noviolencia que se reconocen a sí mismas como tales —en nuestro moderno
contexto de violencia organizada— afloran, por lo que se refiere a la cultura
occidental, a partir del siglo XIX.
Métodos no violentos
La metodología de acción
personal y social basada en la «no violencia activa», promueve una actitud
social y personal frente a la vida, que tiene como herramientas principales de
acción conjunta y conducta personal y social:
- El rechazo y vacío a las
diferentes formas de discriminación y violencia.
- La no-colaboración con
las prácticas violentas.
- La denuncia de todos los
hechos de violencia y discriminación.
- La desobediencia civil
frente a la violencia institucionalizada.
- La organización y
movilización social, voluntaria y solidaria.
- El apoyo decidido a todo
aquello que favorezca la no violencia activa.
- La superación de las
raíces de la violencia en uno mismo, el desarrollo de las virtudes
personales y de las mejores y más profundas aspiraciones humanas.
Según esta metodología, la
acción por la transformación social no se opone a la acción por la
transformación personal. Por el contrario, se las entiende como íntimamente
vinculadas proponiendo un accionar simultáneo por superar tanto la violencia
social (externa) como la violencia personal (interna). En este sentido, se
podrían citar como métodos no violentos los siguientes:
- La
desobediencia
civil: Consiste en no cumplir
el pago de impuestos o cualquier otra ley que uno considere que es injusta
u opresiva. La desobediencia civil que probablemente ha tenido una mayor
continuidad y repercusión históricas ha sido siempre la Objeción
de conciencia al servicio militar y a otros trabajos obligados por el Estado;
se tienen noticias desde la mitología griega hasta todos los estados en
que actualmente se mantiene el Servicio Militar Obligatorio, e incluso en
ejércitos profesionales en tiempo de guerra. También fue usada por Henry David Thoreau, pensador y escritor anarquista de Massachusetts (EE. UU.), que en 1885 se negó a contribuir
con sus impuestos a un estado que apoyaba la esclavitud y escribió al respecto un influyente Ensayo sobre la desobediencia civil
que influyó en el pensamiento de León
Tolstoy, Gandhi y Martin Luther King. Actualmente, y desde la Guerra del Vietnam, continúa la Objeción Fiscal a los Gastos
Militares y la Objeción Científica a la Investigación Militar en buen
número de países, incluida España.
- La
huelga
de hambre: Se basa, como su nombre
indica, en negarse a ingerir alimentos hasta que aquello por lo que
actuamos se cumpla, fueron un verdadero quebradero de cabeza para el
gobierno Británico, las continuas huelgas de hambre de Gandhi.
- El
boicot a un producto o empresa: Consiste en negarse a comprar un producto o
usar el servicio que una empresa nos ofrece, así lo hizo Martin Luther King, que organizó un boicot de 352 días contra la
empresa de autobuses de Alabama, bajo el eslogan de "I am a Man" (yo soy un hombre)
- La
manifestación pacífica: Es la más conocida de todas y consiste en
congregar públicamente a las personas que estén en contra o a favor de
algo o alguien, como hizo Martin Luther King en su "marcha sobre Washington" donde pronunció su discurso "Yo
tengo un sueño".
- El
bloqueo: Consiste en la
interposición física usando el propio cuerpo (como en las protestas contra
los convoys de residuos nucleares en Alemania) o mediante objetos (como en
los taponamientos por Greenpeace de vertidos tóxicos); en todo caso evitando
daños a las personas, y arriesgando solo la propia integridad.
- La
no colaboración: Consiste en negarse a
realizar cualquier acto solicitado por el violento.
Aunque la corriente
mayoritaria de nuestra cultura no nos adiestra en estos métodos -y sí en el uso
de la coerción violenta- no requieren una preparación mayor, pero si distinta a
la que solemos conocer. En cualquier caso, la no-violencia apela al sentido de
la coherencia entre fines y medios, y rechaza la acusación de utópica mediante la inversión de la prueba: lo utópico
es pretender un mundo sin violencia mediante la violencia.